En la agenda actual de las reuniones de diálogo entre gobierno y oposición que se celebrarán este 11 y 12 de enero en Santo Domingo, los acuerdos económicos son preponderantes.
Es importante subrayar que previo a las reuniones de diciembre, ya alguno de los economistas de ambos bandos han coincidido en algunos puntos para encauzar la economía: la urgencia de estructurar un plan integral que genere confianza entre los inversionistas, levantar gradualmente el control de cambio (que tuvo su razón en un momento determinado) y aumentar la producción petrolera (PDVSA ha perdido cerca de un millón doscientos mil barriles diarios de producción).
A pesar de que el gobierno y la Asamblea Nacional Constituyente han apuntado, en cierta medida, en dicha dirección (reestructuración de PDVSA y la polémica nueva Ley de Promoción y Protección de Inversiones), la oposición no participó de estas decisiones y tiene su visión particular del asunto.
Se espera que la insostenible coyuntura obligue a ambos bandos a acordar medidas en pro de los intereses de la Nación. Por tal razón, se puede inferir que parte de los asuntos económicos en que se llegarán a acuerdos serán:
- Divulgar la información estadística básica para afrontar el cambio urgente de estrategia. El Banco Central de Venezuela tendría que ofrecer los indicadores como inflación y otros.
- Fijar un nuevo precio (y avance hacia un solo marcador) del dólar preferencial.
- Cancelar progresivamente las deudas pendientes del Estado con el sector productivo nacional para pagar a proveedores internacionales y reactivar las líneas de crédito.
- La oposición ha reiterado su petición de estancar las políticas de nacionalización y expropiación.
- Revisión de la política de control de precios y fiscalizaciones a empresas.
- El gobierno ha pedido corresponsabilidad de la oposición en la lucha contra el acaparamiento y el contrabando de extracción.
- Algunos analistas consideran apropiado también fijar el precio de la gasolina según los costos de producción (con subsidio directo al transporte público y de mercancías básicas). Sin embargo, ante el reciente incremento y por las consecuencias económicas sobre todos los rubros esta medida no es tan factible.
Eficiencia económica para ganar-ganar
Al haber entrado en un acelerado aumento de precios superior al 50% mensual, en Venezuela ya estaríamos experimentando una hiperinflación, según la definen algunos expertos.
No es un dato menor que ya otros países de la región han sufrido y superado la hiperinflación (en 1985 Bolivia registró 8.170%). También Argentina, Brasil y Perú consiguieron implementar políticas económicas para contrarrestar el fenómeno.
En la mesa de diálogo los actores políticos del gobierno y la oposición deben acordar un método para salir adelante. Los venezolanos no soportan que se insista en el círculo vicioso de planes irrealizables, ausencia de seguimiento y falta de evaluación de resultados, intensificados por una cúpula económica empresarial más ocupada en derrocar al gobierno que en producir.
Antes, en 2014, hubo dos intentos del gobierno para concertar acciones con la oposición local que reimpulsarían el aparato productivo y paliarían la distribución irregular de productos y servicios, además de atajar la inflación que ya comenzaba a mostrar indicadores preocupantes. La evidencia histórica -por ahora- reseña que ningún gobierno se ha mantenido luego de un proceso hiperinflacionario.
A diferencia de otras veces, cuando la política exigía medidas económicas, en esta oportunidad es la galopante crisis económica la que obliga a tomar medidas políticas urgentes. Ni más ni menos.
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Por Edgard Ramírez Ramírez / Supuesto Negado