Brenton Tarrant asesinó la tarde del viernes 15 de marzo a tiros a 49 personas en dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, y dejó a otras 40 heridas, 11 de ellas se encuentran en cuidados intensivos. Todo esto en nombre de la supremacía racial blanca y para honrar la ideología del presidente estadounidense Donald Trump y del terrorista noruego Anders Breivik.
Antes de transmitir durante 17 minutos la muerte de decenas de personas, este joven de 28 años envió a 70 direcciones de correos distintas, entre las que se encontraban medios de comunicación neozelandeses y extranjeros, líderes políticos y hasta a la oficina de la primera ministra del país, Jacinda Ardern, un manifiesto de 74 páginas, en el que se expone una mezcla de creencias racistas y políticas y con el que pretende justificar lo que hizo.
En su escrito titulado “La gran sustitución. Hacia una nueva sociedad, marchamos siempre adelante”, Tarrant, quien antes de ser detenido planeaba usar dos bombas para continuar los ataques, se hizo una autoentrevista en la que se define como “un hombre blanco común y corriente, de 28 años de edad. Nacido en Australia, en el seno de una familia de clase trabajadora y de bajos ingresos”, y asegura que tuvo una “infancia normal”.
Defiende la postura política de Trump y se identifica con él por ser “símbolo de una renovada identidad blanca y un propósito común”.
También relata que tiene raíces escocesas, irlandesas e inglesas, pero que se mudó a Nueva Zelanda temporalmente y que en ese país decidió atacar.
De acuerdo al manifiesto, Tarrant cree que el asesinato masivo de personas es justificado, y que se ha usado a la lo largo de la historia para combatir la inmigración.
“¿Por qué llevaste a cabo el ataque?”, se pregunta. “Principalmente —se responde— para mostrarles a los invasores que nuestras tierras no serán nunca sus tierras (…), y para reducir las tasas de inmigración a tierras europeas, intimidando y removiendo físicamente a los invasores”.
Además asegura que se inspiró en el terrorista de extrema derecha Anders Breivik, que mató el 22 de julio de 2011 a 77 personas en Noruega tras hacer explotar una bomba en la sede del Gobierno de Oslo y luego disparó en un mitin de la Juventud Laborista en la isla de Utoya, donde mató a 69 adolescentes participantes.
“He leído los escritos de Dylann Roof y muchos otros, pero realmente me inspiré en el Caballero Justiciero Breivik”, escribió y confesó que su ataque pretendía vengar la muerte de Ebba Akerlund, una niña sueca de 12 años que murió en un ataque terrorista de 2017 en Estocolmo cuando un refugiado atropelló a una multitud con un camión.
Incluso, en otra parte de su texto, Tarrant dijo que habría tenido “un breve contacto” con Breivik y que este le dio su “bendición” para cometer la masacre.
En su “cuestionario” Tarrant se define como un “etnonacionalista y fascista”.
“Sí (…) estoy seguro de que a los periodistas les encantará esto”, contestó.
De acuerdo a Brenton Tarrant, los llamados sectores conservadores son un fiasco porque “no conservan nada”. Y, extrañamente, también defiende a la naturaleza y acusa a la sociedad actual de haberla pulverizado y mercantilizado.
El manifiesto, que empieza con una cita de un poema de Dylan Thomas, también ataca la cultura pop y reserva un espacio para los “iconos pop degenerados a partir de una cultura muerta”, en el que menciona a Michael Jackson, Madonna, Kurt Cobain o Freddie Mercury.
Salvando a Europa
Para Tarrant, su misión es salvar a Europa del “genocidio blanco” que se está produciendo por la llegada masiva de musulmanes y eso solo lo lograría creando “una atmósfera de miedo, que incite a la violencia contra los musulmanes”.
Tarrant menciona muchas veces el asunto de la baja tasa de natalidad de las familias blancas en Europa, frente al alto número de nacimientos de las musulmanas.
“Si hay algo que quiero que recuerden de estos escritos es que las tasas de natalidad tienen que cambiar”, anuncia.
Las armas y sus mensajes
Las armas usadas por Tarrant estaban repletas de nombres de otras masacres y de fechas de batallas entre cristianos y musulmanes.
En los cartuchos escribió el de Luca Traini, un italiano que masacró a seis inmigrantes en la ciudad de Mascerate en 2018.
La selección de las armas también tiene una explicación y un objetivo militar, político e ideológico: “Elegí armas de fuego por el efecto que tendrían en el discurso social, la cobertura mediática adicional, y el efecto que podrían tener en la política estadounidense y, por ende, en la situación política del mundo”.
Por Maya Monasterios / Supuesto Negado