EL ATENTADO DE OSCAR PÉREZ: ¿OTRO HECHO INSÓLITO PARA LA HISTORIA VENEZOLANA?

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Ayer en horas de la tarde, el centro de la ciudad capital fue testigo de un hecho inédito: un helicóptero del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) sobrevoló parte de la ciudad y atacó con disparos y granadas el Ministerio de Interior, Justicia y Paz, y el Tribunal Supremo de Justicia.

Desde el helicóptero se desprendía una tela blanca con la inscripción: “350 / LIBERTAD”. Visto desde esta perspectiva, y muy seguramente para quienes lo vivieron in situ, la situación debe haber resultado escalofriante.

Es decir: aeronave de un cuerpo de seguridad del Estado, ataque a dos edificaciones estratégicas del Estado, sumado a dos meses de guarimbas, muertes, quema de instituciones y personas, llamados a la desobediencia civil, presiones internacionales, igual, preludio de una insurrección militar a la vieja usanza, con asesinato, persecución y desaparición de gente. Miseria, caos, destrucción.

Mientras se daban estos acontecimientos, por la cuenta Instagram de un tal Oscar Pérez se publicó un video en el que un hombre uniformado aparecía leyendo un breve comunicado, junto a cuatro uniformados más, pero encapuchados y armados.

Poco tiempo después se supo que este Oscar Pérez, el mismo que leyó el comunicado en el video, “se valió de su condición de inspector adscrito a la división de transporte aéreo del Cicpc para cometer los atentados”, según palabras del ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas. Las investigaciones continúan en proceso.

Pero, ¿cómo puede leerse el asunto más o menos en frío?, ahora que ya está aparentemente controlada la situación irregular, que se sabe quién es el autor material y que no logró su intento por sacar a Nicolás Maduro de la presidencia de la República.

Del comunicado es posible hacer algunas reflexiones, a pesar de que es un encadenamiento de frases comunes. Empieza diciendo que hablan de “parte del Estado” y que quienes hablan son un grupo de “funcionarios militares, policiales y civiles”.

Un grupo de funcionarios hablando en nombre del Estado (así de abstracto e impreciso) llamando “a todos los venezolanos para que salgan a la calle”. Ahí cualquiera se puede preguntar (tanto los a favor de un golpe como los en contra) ¿pero cuál es el plan?, ¿que la gente salga a la calle?, ¿ese no ha sido el plan manifiesto desde hace dos meses?, ¿para qué hacerlo de ese modo tan espectacular?

“No pertenecemos ni tenemos tendencia político partidista”, y esto, muy honestamente, apelando incluso a la más pura buena fe, es tremendamente difícil de creer. Sobre todo si se escucha el discurso completo, pues resaltan frases que el imaginario colectivo ya identifica con los discursos de la MUD.

Desconcierta cuando dice: “Este combate no es con el resto de las fuerzas de seguridad del Estado…”, porque, ¿cuál combate? El video fue transmitido al tiempo que desde UN helicóptero se disparaba y se lanzaban unas cuantas granadas, algunas de las cuales no explotaron. Si se refiere a ese “combate”, la verdad quizá mejor habría sido usar un término menos ambicioso.

Claro que también pudo estarse refiriendo al combate que la dirigencia opositora viene arengando desde hace más de dos meses, e incluso desde antes, en ese caso no tiene sentido que segundos atrás hayan explicado que los alzados no pertenecían a ninguna “tendencia político partidista”.

“Usamos esta distinción, que es el color de la verdad y de Jesucristo que nos acompaña”, dijo Pérez aludiendo a un trozo de trapo morado, amarrado alrededor de su brazo izquierdo. Se trata de un intento evidente, y pudiera decirse que desesperado, por conectar con la sensibilidad del pueblo venezolano. “Somos guerreros de dios”, dijo el insubordinado del Cicpc, y algunos espectadores tal vez pensaron en las cruzadas cristianas de la Edad Media.

Y bueno, no podía faltar la exigencia al presidente Maduro, su renuncia inmediata.

Al final quedan más interrogantes que certezas, porque si esos insurrectos no están cuadrados con nadie, si el solo llamado de dios los convoca, ¿cómo se organizarían las elecciones generales una vez desarticulado el actual gobierno, según se comenta en un punto del comunicado?

Si se tratara de una película, estaríamos frente a un guion muy precario. Sin embargo, no es ficción. Entonces, ¿de qué va la jugada?, ¿cuál es la emboscada? Oscar Pérez parece una pieza de sacrificio. De ser así, ¿cuál es la verdadera intención? ¿El interés era plenamente mediático? Cuesta creerlo.

Pudiera ser una estrategia de la oposición para medir las fuerzas y el control que tiene el gobierno sobre sus bases militares. De ser así, es preciso apuntar que el gobierno debería estar preocupado revisando sus mecanismos de control. Porque si el episodio fue disparatado, lo verdaderamente interesante es que fue posible ejecutarlo.

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Por Julia Cardozo / Supuesto Negado