Mario Sanoja, catedrático e historiador, analiza los complejos de la clase alta y los ataques del mundo sobre los venezolanos.
El historiador Mario Sanoja explica por qué el ascenso de Hugo Chávez al poder significó un avance en elevar la autoestima de los venezolanos, especialmente de las clases populares. Cree que, aunque no en todos, en muchos sectores aún perviven complejos coloniales, sobre todo en las clases altas.
– ¿Por qué la autoestima es un asunto político?
– Yo creo que la autoestima está directamente vinculada con la conciencia nacional y la conciencia política. En la medida en la que hombres y mujeres han sido sometidos a un ataque mediático que, prácticamente, presenta a Venezuela ante el mundo como un país que está destruido, que no tiene ningún valor, pues eso infiere en la autoestima. El ser venezolano se considera como un elemento negativo y por eso la gente busca asociarse con una identidad foránea.
– ¿Entonces la autoestima es otro campo de la batalla política en el país?
– Es un campo de batalla política porque la Revolución trata de mantener en alto y fuerte la identidad venezolana, y la oposición trata, a través de la guerra económica y la campaña mediática, de desmoralizar a los venezolanos. Todas estas campañas de esconder los alimentos, de llevárselos a través del contrabando de extracción, de subir los precios para disminuir el poder adquisitivo de los venezolanos, eso es precisamente una manera de influir en la autoestima.
“No somos un país de cuarta categoría…”
– “Yo creo que uno de los intentos muy exitosos de estimular la autoestima del venezolano fue la opción del presidente Chávez, que por primera vez comenzó a darle gran importancia a la historia de Venezuela, a la Bandera, al Himno Nacional, al papel que juega en el exterior nuestro país. Todo eso ha contribuido a levantar la autoestima del venezolano. No somos un país de cuarta categoría sino un país de gran importancia en la política mundial. El hecho de que hoy día reconozcamos eso es un factor muy importante.
– ¿Influyó Chávez en la autoestima de las clases populares?
– Por supuesto, cómo decir que no. Hasta la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia de la República las zonas populares estaban totalmente excluidas de la vida política, cultural, económica y social. Éramos una sociedad muy desigual donde se les hacía sentir que eran inferiores y eso incidía en la autoestima porque no se consideraban ciudadanos a una parte de la sociedad venezolana.
– ¿Históricamente, cuál ha sido la estrategia con los sectores populares, elevar su autoestima o menoscabarla? ¿cómo se hace eso?
– Menoscabarla. Las clases populares estaban prácticamente marginadas a la vida nacional. A través de los operativos policiales que se daban en aquel entonces (de la Cuarta República), la gente que salía de los barrios era sometida a violencia policial, arrestos, etc., ¿por qué? Porque muchos no tenían documentación porque era muy difícil obtener la cédula, y la gran mayoría no sabía leer ni escribir, es decir, no tenían conciencia de sus derechos y, prácticamente, se le mantenía en un gueto de la cual salían a trabajar pero no podían participar en la vida nacional, social y cultural porque esa era una manera de mantenerlos desmoralizados, con la autoestima baja.
– Desde el chavismo hubo un discurso sobre los derechos, pero también se apeló a la historia heroica para reafirmar la identidad ¿esa estrategia hoy está vencida para movilizar a los sectores populares?
– Yo creo que la historia tal y como se está haciendo hoy día no es la historia de los sellos militares. El hecho de exaltar a Bolívar no quiere decir que se trate a Bolívar como militar. El Bolívar que se exaltaba durante la Cuarta República era un Bolívar mal llamado “Bolívar de bronce”, un Bolívar que no tenía ninguna significación como militar, pero hoy día todo el mundo conoce a Bolívar verdadero, el filósofo, el político, el que tenía una concepción del mundo sumamente avanzada. Todo eso no se conocía. Se escribía, pero no se difundía. Yo creo que en este momento hay una noción mucho más grande y mucho más concreta desde el punto de vista sociológico y filosófico.
– ¿En qué fundan las clases altas de Venezuela su autoestima?
– Uno de los mitos que se ha creado, sobre todo a partir de finales del siglo XIX, es que en Venezuela existe una clase social dominante, una burguesía que es descendiente directa de los conquistadores y a su vez descienden de las culturas de África, de Roma y Grecia, y por esta razón se consideran como los que tienen el derecho absoluto, no solo sobre sus bienes, sino sobre la vida de todo el mundo, porque consideran que el resto de la población son indios, negros, mestizos, que no sirven para nada sino para trabajar bajo la célula de la dictadura. Ese mito se ha convertido en el mito de origen de la actual burguesía venezolana…
– Representantes de las clases altas se han sentido atacados, humillados, quizás frustrados ¿por qué el chavismo trastocó la autoimagen de este sector?
– Primero que todo porque el ascenso de Chávez a la Presidencia de la República era una bofetada a los burgueses. Chávez era un hombre de origen campesino, muy pobre que se formó como militar porque no le quedaba de otra. En esa época los que no tenían cómo estudiar se metían a militares o a curas, ese era el único camino. Entonces, que llegue un hombre como Chávez, que se convierta en un líder político a nivel mundial es una bofetada a una clase que se ha creído permanentemente como la tapa del frasco, como los dueños absolutos de Venezuela. Se sienten ofendidos y es por eso la rabia contra el chavismo y contra todo aquel que trate de cuestionar su hegemonía.
– ¿Queda en la autoestima del venezolano de hoy alguna huella colonial?
– Yo creo que no en todos, pero en muchos sí. Una de las características de los gobiernos coloniales y neocoloniales que pasaron desde 1830 hasta 1999 era una política destinada a convencer a la gente de que eran inferiores, de que era un pueblo que había sido constituido por tres grupos humanos, todos con características negativas: los indios, que eran flojos; los negros, que eran violentos, y los andalunas que eran unos bonchones. Según la historiografía burguesa se trataba de un pueblo que necesitaba un Gobierno fuerte que los reprimiera y de allí es que viene la forma dictatorial en la que se trató al pueblo venezolano.
Por Supuesto Negado