BRITTO GARCÍA: EMPRESARIOS BUSCAN CONTROLAR TOTALMENTE EL PAÍS, NO SE CONFORMAN CON CONCESIONES

Britto García

Siempre incisivo y crítico, el intelectual revolucionario Luis Britto García abriga sus dudas sobre el Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica que ha puesto en marcha el gobierno nacional porque le encuentra demasiadas similitudes con los programas de corte neoliberal.

En entrevista exclusiva con Supuesto Negado, Britto García (Caracas, 1940) opinó que no es de esperarse ningún cambio de actitud en los factores del capital, a pesar de las muchas concesiones que se les han otorgado. El novelista, poeta, dramaturgo, humorista, articulista, ensayista, guionista cinematográfico, dibujante, abogado, profesor universitario, astrónomo, navegante y submarinista, sin embargo, mantiene el optimismo en que las fuerzas nacionales y continentales de la izquierda seguirán enfrentando a los gobiernos de la derecha y a las conspiraciones imperiales.

Los críticos dicen que este programa es un paquete neoliberal con algunas variantes ¿Usted cómo lo ve?

-Pues bien, desaparecer el control de cambio que Chávez consideró básico y fundamental; sancionar una ley encaminada a promover y proteger al capital extranjero, que le otorga privilegios por encima del capital nacional tales como otorgamiento de créditos, exenciones
tributarias, posibilidad de contratar que no se le suban los impuestos y asignación preferencial de recursos; someter las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia a revisión por tribunales extranjeros, lo cual viola la inmunidad de jurisdicción que consagra la Constitución; excluir del pago de impuestos a empresas extranjeras asociadas con Petróleos de Venezuela; llevar varios precios a nivel internacional, de hecho, permitir que todos alcancen ese nivel, salvo unos 25 productos con precios “acordados”; crear por decreto Zonas Especiales, cuyos intereses estarían por encima de normas ecológicas, laborales y de cualquier otra índole… No me atrevo a calificarlas de medidas neoliberales, pero sí observo que son las mismas que aplican todos los neoliberales que en el mundo han sido.

Hay concesiones importantes al sector privado, especialmente al trasnacional, pese a lo cual la guerra económica parece mantenerse en toda su intensidad ¿Hay posibilidades de un entendimiento efectivo con estos sectores?

-Parecería que esos sectores no se contentan con concesiones. Quieren el poder absoluto y total sobre Venezuela, su población y sus recursos naturales. No se contentarían con menos que el desmantelamiento de Venezuela con su división política para reducirla a la indefensión, como hicieron con Libia. Llevamos años haciendo concesiones sin que hayan menguado el rigor de la guerra económica, de las conspiraciones para deponer al gobierno ni de la agresión internacional. Por otra parte, veo difícil que se les puedan hacer más concesiones de las que ya se les han otorgado con las desmedidas asignaciones de divisas a tasa preferencial ni las facilidades para someter al pueblo a una especulación criminal.

¿Las medidas que afectan directamente a la oligarquía y las mafias de Colombia, serán el factor que acelere la acción violenta tantas veces anunciada?

-Lo que puede acelerar la acción violenta es que la permitamos. Los enemigos de Venezuela han ensayado todas las acciones violentas contra nuestro país, desde las oleadas terroristas internas hasta la guerra económica y el bloqueo internacional, pasando por el sabotaje a instalaciones, petroleras, eléctricas, comunicacionales y por el intento de magnicidio, pero hasta el presente han fracasado con ellas. Lo único que no han intentado todavía es la invasión militar abierta con ejércitos convencionales extranjeros, posiblemente por el temor de un veto de China y Rusia en la Organización de las Naciones Unidas.

Si este programa logra alguna estabilización, ¿podría potenciar las tendencias al retorno de la izquierda como opción de poder en América Latina?

-Pues veo una tendencia muy marcada al retorno de la izquierda en tres acontecimientos: primero, la victoria de López Obrador en México, país decisivo en la región y fronterizo con Estados Unidos; segundo, el evidente y mayoritario apoyo a la reelección de Lula en Brasil, que podría traducirse en su retorno a pesar de todas las triquiñuelas judiciales, o en la elección de una especie de (Héctor José) Cámpora que allanara su vuelta. (Cámpora fue el candidato que ganó las elecciones argentinas en nombre de Juan Domingo Perón, en 1973, cuando este tenía prohibido postularse); tercero, la encarnizada oposición contra Macri, que recuerda el huracán social que se llevó por delante a De la Rúa a comienzos de siglo.

Añadamos una cuarta: el socialismo venezolano podría afianzarse irreversiblemente impidiendo con los hechos el contrabando de extracción; sancionando implacablemente los delitos de corrupción e imponiendo sanciones a los oligopolios que practican el acaparamiento, la usura y la imposición de tipos de cambio artificiales. Todas estas medidas dependen de nosotros mismos, y no hay obstáculo insuperable para que se impongan, salvo la falta de voluntad. Con un barril de petróleo que ronda los 70 dólares, estas medidas permitirían la inmediata estabilización de la economía en Venezuela, mientras que la de Brasil y la de Argentina zozobran aniquiladas por medidas neoliberales que siempre han fracasado.

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Por Clodovaldo Hernandez / Supuesto Negado