Lee a continuación el primer trabajo especial de nuestra serie de reportajes dedicados al chavismo. En el texto hacemos un recuento de las concesiones políticas que Elliot Abrams, enemigo jurado del proceso bolivariano, ha hecho públicamente a la corriente de Hugo Chávez. ¿Sabe o no sabe Trump con quién se está metiendo?
A pesar de la altisonancia y agresión permanente del Gobierno de Estados Unidos contra Venezuela, la administración de Donald Trump ha tenido que reconocer el despropósito de plantearse un nuevo mapa político en el país petrolero sin la presencia del chavismo.
El propio Elliott Abrams, enviado de EE.UU. para Venezuela, lo reconoció en una entrevista. Si alguien en la administración Trump parece que conoce a cabalidad el ADN de las fuerzas rojas rojitas, es él.
Después de casi nueve meses del experimento de la “parapresidencia encargada” del diputado Juan Guaidó, a los gringos no les queda otra que aceptar al chavismo como fuerza política a pesar de la innegable pérdida de apoyo popular y político que atraviesan el mandatario y sus principales colaboradores.
Aunque Washington no ha cambiado ni un milímetro su objetivo (deponer al Gobierno de Maduro y “reinstaurar la democracia”) para Abrams (de 71 años y casi 40 trabajando en asuntos latinoamericanos) es necesario sumar al chavismo a una “transición”.
“El régimen de Maduro debe llegar a su fin para que Venezuela recupere la democracia y la prosperidad. Pero como todos los ciudadanos del país, el PSUV tiene el derecho de desempeñar un papel en la reconstrucción de su país”, sentenció el exenviado.
Este mensaje dejó perplejos a los radicales –dentro y fuera de Venezuela– que apuestan al aniquilamiento del chavismo y su ilegalización como ideología partidista.
Abrams, además, largó un mensaje directo a los militantes del partido y a los seguidores del comandante Chávez: “Están viendo cómo el régimen de Maduro destruye el legado. Maduro fue seleccionado como presidente del PSUV por un grupo muy pequeño de personas interesadas, que viven como multimillonarios”.
En una entrevista previa, Abrams dijo que EE.UU. “respetaría” una eventual decisión de Guaidó de conformar un Gobierno de unidad nacional integrando a dirigentes chavistas siempre y cuando “no estén involucrados en el narcotráfico o aparezcan solicitados por la justicia estadounidense”.
¿Acuerdo Trump-chavismo?
Aunque el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, desmintió una información publicada por la agencia AP sobre supuestas reuniones del dirigente venezolano con funcionarios de EE.UU., analistas consideran que algunos cuadros altos del chavismo podrían evaluar un acuerdo político para dar la espalda al presidente Maduro, apoyar el llamado a elecciones presidenciales y lograr así algún tipo de amnistía y “futuro político”.
Es más, los mandatarios de la Casa Blanca y del Palacio de Miraflores han dicho que efectivamente hay conversaciones.
“Sí, (…) estamos en contacto. Estamos hablando con varios representantes de alto nivel en Venezuela. Estamos ayudando a Venezuela tanto como podemos. Nos mantendremos al margen, pero los estamos ayudando”, dijo Trump.
Maduro, por su parte, confirmó los acercamientos pero enfatizó que se hacen bajo su autorización expresa y directa. “Hay varios contactos, varias vías, para buscar regular este conflicto”, aseguró.
El aparente acercamiento coincide con la declaración de Trump (luego de su reciente decisión de despedir al asesor de seguridad nacional, John Bolton) sobre su prioridad en la “asistencia humanitaria” y no en “aplastar al régimen terrible” de Nicolás Maduro.
Esta declaración parece ir a contrapelo de su insistente negativa de levantar las sanciones a Venezuela mientras Maduro permanezca en el poder.
Sin embargo, no se puede perder de vista el “estilo Trump” de atacar y congraciarse (evidenciado sobre todo en sus dichos y desdichos sobre los líderes de Rusia y Corea del Norte, Vladimir Putin y Kim Jong-un, respectivamente).
Además, hay que recordar que en los últimos meses Trump ha dado señales de frustración por la falta de resultados en la estrategia hacia Venezuela y el torpe accionar de sus pupilos criollos.
Durante la redacción de este artículo, el presidente estadounidense anunció a Robert C. O’Brien para suceder a John Bolton como consejero de Seguridad Nacional. Este nombramiento es un triunfo para el ala moderada del Gobierno gringo y podría ir en la misma tónica que impulsa la diplomacia por encima de la amenaza armada.
I am pleased to announce that I will name Robert C. O’Brien, currently serving as the very successful Special Presidential Envoy for Hostage Affairs at the State Department, as our new National Security Advisor. I have worked long & hard with Robert. He will do a great job!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 18, 2019
Chavismos múltiples
Rogelio Núñez, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares, en España, consideró en una entrevista que en el futuro de Venezuela, “los chavismos” van a tener mucho que contar. “Habrá muchos. El chavismo llegó a Venezuela para quedarse porque en la mente de una parte de los venezolanos siempre estará presente Chávez como un recuerdo embellecido: ejemplo de auge y esplendor”.
Algo similar al peronismo en Argentina, explicó.
Más allá del actual asedio político, el bloqueo económico y la guerra híbrida y sus efectos, resulta imposible en la realidad política y cultural venezolana una eliminación del chavismo como corriente ideológica a pesar de los peores escenarios imaginables (clandestinidad y exilio).
Edgard Ramírez Ramírez / Supuesto Negado
Sigue leyendo nuestra serie de reportajes especiales sobre chavismo. En el próximo entrevistamos a habitantes de Los Nevados, en Mérida, el pueblo más alto de Venezuela y también uno de los más chavistas, quienes nos revelan si como están las cosas seguirán votando por los mismos.