¿En qué se diferencia el bloqueo a Cuba del bloqueo a Venezuela?

Venezuela se encuentra en la fase culminante de un conflicto con los Estados Unidos que viene escalando sanciones comerciales y financieras contra el Gobierno venezolano. El propósito expreso es provocar la caída de Nicolás Maduro e iniciar una transición encabezada por el diputado Juan Guaidó, a quien la administración Trump reconoce como presidente.

Pero estas sanciones han coincidido con el restablecimiento del bloqueo a Cuba y los intentos de cortar los envíos de petróleo entre ambas naciones. Los mecanismos empleados en cada paso son muy parecidos, pero no exactamente iguales.

¿Qué diferencia el histórico bloqueo a Cuba del iniciado en Venezuela?

El bloqueo como modo de vida

El bloqueo a Cuba inició como respuesta directa a las nacionalizaciones de empresas estadounidenses en 1960, apenas iniciada la revolución. Durante la crisis de los misiles, Kennedy consolidó el bloqueo aplicando la Ley de Comercio con el Enemigo. Los activos cubanos en Estados Unidos fueron congelados.

Años después, Ronald Reagan impuso restricciones al turismo: las leyes no prohibían a los ciudadanos estadounidenses viajar a Cuba, pero se hizo ilegal gastar dinero allí o recibir regalos de cubanos.

Debido a la influencia del lobby cubano, el bloqueo no terminó con la Guerra Fría sino que fue reforzado en 1992 por la Ley Torricelli, y en 1996 por la Ley Helms-Burton. Estas leyes prohíben a las filiales estadounidenses comerciar con Cuba. Además, George W. Bush limitó los viajes y envíos de remesas en 2004.

Promesas escritas en el aire

Pero en 2014 Barack Obama y Raúl Castro anunciaran el comienzo de las negociaciones para reanudar relaciones diplomáticas. En la Séptima Cumbre de las Américas, Barack Obama y Raúl Castro se dieron la mano. Obama eventualmente empezó a desmontar el bloqueo: “No podemos continuar haciendo lo mismo que durante 50 años y esperar un resultado diferente”.

Parecía que era el final. Pero no lo fue

Con Trump no solo fue restablecido el bloqueo, sino que el controvertido título III de la Ley Helms-Burton entró en vigor el 2 de mayo de este año. Este permite demandar al Estado cubano por las nacionalizaciones, y a cualquiera que haya tenido relación con empresas nacionalizadas. Además, el envío de remesas de EE.UU. a Cuba se limitó a US$1.000 por trimestre, y se restringirán todavía más los viajes de estadounidenses a la isla.

Se prohibieron las transacciones financieras directas con las empresas del Ejército y los servicios de seguridad cubanos, como Aerogaviota. También se previeron sanciones a empresas y buques que lleven petróleo a Cuba, esto para terminar con los acuerdos de intercambio que Venezuela tiene con la isla.

Sanciones a Venezuela

Las sanciones a Venezuela son parecidas a las de Cuba, pero difieren debido a las características de este país que, a diferencia de Cuba, estaba mucho más integrado en el sistema comercial y monetario internacional y era uno de los principales proveedores de petróleo de EE.UU.

Las sanciones americanas se han dividido en 3 grupos

  1. Sanciones a personas, retirando visas o congelando activos. Estas, tienen la finalidad de presionar a ciertos individuos a cooperar con los EE.UU., sea aportando información o incluso conspirando contra el Gobierno. Por ejemplo, Manuel Christopher Figuera, exdirector del Sebin, fue beneficiado con un levantamiento de las sanciones luego de participar en la conjura del pasado 30 de abril.
  2. Sanciones a capitales venezolanos. Estas, por un lado, limitan la capacidad del Gobierno de hacer pagos y circular sus capitales y, por el otro, incautan esos capitales que pueden ser tanto reservas monetarias como capitales fijos: maquinaria, instalaciones, etc.
  3. Sanciones comerciales. Estas son las más parecidas al bloqueo cubano, sobre todo prohíben a empresas de los EE.UU. comprar petróleo venezolano y también dificultan la venta del oro que empezó a reemplazar al petróleo como primera exportación.

Escalada

Las sanciones iniciaron el 2 de febrero de 2015 cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos impuso restricciones de visado a varios funcionarios venezolanos y sus familiares. Luego, el 9 de marzo, ese año Obama ordenó al Departamento del Tesoro de Estados Unidos congelar los bienes y activos de siete funcionarios.

Estas fueron las únicas sanciones hasta que, el 31 de julio de 2017 el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos penalizó a Nicolás Maduro.

Esto ya afectó a las finanzas de la nación, porque muchas instituciones financieras empezaron a rechazar el recibir o movilizar capitales de un funcionario sancionado. Así que se puede decir que, en esta fecha, inicia un bloqueo financiero progresivo.

Durante 2018 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, a través de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros, básicamente sancionó a toda la plana mayor del chavismo, y la implementación de la criptomoneda “petro”, una estrategia para evadir el cerco financiero, se vio frustrada cuando Trump firmó una orden que impide a los ciudadanos norteamericanos y a las personas dentro del territorio de los Estados Unidos realizar transacciones con cualquier tipo de moneda digital del Gobierno de Venezuela.

Annus Horribilis

El 28 de enero el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro cancelaron las órdenes de compra a PDVSA, y cedieron el control de CITGO y las cuentas bancarias del Estado venezolano en su territorio al Gobierno paralelo de Juan Guaidó.

Luego fue sancionado el Banco Central, que perdió la capacidad de hacer transacciones en dólares, y se empezaron a limitar las transacciones con oro que se han convertido en la principal fuente de ingresos del país.

En esta nueva fase es posible que Cuba enfrente un bloqueo total y, en el caso de Venezuela, la implementación del TIAR no solo podría dar lugar a más sanciones sino a un bloqueo naval del que ya se empieza a hablar.

En ese sentido, la flota americana podría terminar tratando de cortar las comunicaciones entre Cuba y Venezuela. Esa es una jugada muy arriesgada, pero menos costosa que una intervención militar y es posible que Trump, para quien Cuba y Venezuela son importantes electoralmente, lo aplique si cree que le beneficia.

Por Fabio Zuluaga / Supuesto Negado