Desde comienzos de enero han ocurrido varios temblores en Venezuela.
El 10 de enero varios sismos comenzaron a las 2:06 am , en el estado Sucre, a 16 Km al suroeste de El Pilar, con una Profundidad de 5.7 km y Magnitud: 3.0 y se sintieron en distintas ciudades del estado Sucre.
No fue el único en ese día: también se sintieron en Carabobo con magnitudes que oscilaron entre 2.6 y 4.0.
Hubo otros en el estado Zulia, a las 6:17 am, a 36 Km al noreste de Paraguaipoa, con Profundidad 1.5 km y Magnitud: 3.2. Y al noroeste de Yaguaraparo, municipio de Cajigal, península de Paria. Profundidad 149.0 km y Magnitud: 4.0.
Luego al noroeste de Valencia hubo un sismo leve de Profundidad de 3.1 km y Magnitud: 2.7. En diciembre hubo varios igual que en el último trimestre de 2018
¿Será que se aproxima el Gran Terremoto que de cuando en cuando sacude a Venezuela?
“El que sacude la tierra”
El peligro es real. En Venezuela el 80% de la población vive en zonas sísmicas según Funvisis.
La zona de mayor actividad sísmica es una franja que atraviesa el país a través del sistema montañoso de los Andes, la cordillera central y la cordillera oriental, que son afectadas por las fallas de Boconó, San Sebastián y El Pilar, respectivamente.
Por eso es que históricamente ha habido muchos sismos: entre 1530 y 2004 se registraron en Venezuela 130. En 1530 ocurrió un maremoto de más de 7.5, en 1541 otro destruyó Cubagua.
El de 1812 ocurrió en jueves Santo y mató a miles de personas. La gente creyó que Dios los castigaba. Se cree que la magnitud fue de 8.3 pero no ha sido el más fuerte de nuestra historia.
Al parecer ese fue en 1766 y se sintió hasta Martinica.
En 1900 uno menos fuerte espantó a Cipriano Castro y en el de 1967 en Caracas dejó cientos de muertos, miles de heridos y millones en pérdidas.
El de 1997 en Cariaco cambió la geografía. La misteriosa laguna de Campona (donde algunos decían que había monstruos acuáticos y salían ovnis) fue tragada por la tierra.
La Tierra Drena
Con estos antecedentes y la multiplicación de temblores la gente se imagina que viene algo malo, muy malo.
Pero en realidad este montón de temblores y sismos son buenos. Lo que ha pasado en estas últimas semanas en Venezuela es un enjambre sísmico: una seguidilla de decenas e incluso centenares de mini temblores.
Cuando hay temblores de entre 3 y 5 grados de magnitud y sin que ninguno sea mucho más fuerte que los otros, se habla de un enjambre sísmico. Ellos se extienden por horas pero también pueden durar meses.
A veces se dan cientos de temblores. Y, como dijimos, eso es muy bueno. La razón es que la tierra es como una olla a presión que acumula tensión y luego la libera.
Cuando muchísima presión se acumula la “olla” explota horriblemente como en 1766 o 1812.
Pero estos enjambres más bien ayudan porque liberan presión. Son como el “pito” de la olla a presión que va liberando vapor.
Mientras más pequeños y medianos temblores ocurran más se va “drenando” la presión y menos probable es un gran sismo. Así que el enjambre sísmico es nuestro amigo.
¿Estamos libres del Gran Terremoto?
Los terremotos no pueden predecirse. No sabemos qué pasa realmente debajo de la tierra. Y por mucho que lo fastidiemos el hecho es que el planeta es y será siempre mucho más fuerte que nosotros.
Pero la experiencia muestra que ningún enjambre sísmico ha desembocado terremoto sino que más bien ha pasado lo contrario. Como dijimos, ellos drenan la energía y, desde nuestro humano punto de vista, son saludables.
Pero como no se sabe qué pasa en el centro de la tierra nunca se puede estar seguros.
Venezuela debería pasar por una gran reforma de sus construcciones, especialmente las viviendas, para protegerse de los terremotos que, en algún momento (tal vez en décadas, tal vez en meses) ocurrirán.
No hay forma de describir la destrucción que causaría un terremoto en viviendas como las de Petare, por ejemplo.
Pero como por ahora no parece posible que hagamos nada, podemos al menos estar tranquilos de que es bastante poco probable que tengamos un terremoto en el corto plazo.
Fabio Zuloaga / Supuesto Negado