DE FRÍO A TIBIO: EVOLUCIÓN DE LA CAMPAÑA DE HENRI FALCÓN

La frialdad con la que inició su campaña el ex-gobernador del estado Lara, Henri Falcón, hacía dudar a propios y extraños de que su iniciativa haya sido la más acertada para enfrentar a Nicolás Maduro y toda la maquinaria chavista. Incluso la negativa a participar de buena parte de los partidos opositores, restó méritos al atrevimiento de Falcón de sortear el boicot que la extinta Mesa de la Unidad Democrática trató de hacer a las elecciones presidenciales que tanto habían pedido en los últimos años.

Sin embargo la campaña de Falcón comenzó a calentarse junto a la radicalización de su discurso. A juicio de la socióloga y experta en comunicación, Mariclen Stelling, “el discurso de Falcón aún no se ha logrado ganar al sector más radical de la oposición… a ese sector tan arraigado en sus posiciones”. Pese a ello, el aspirante a la silla presidencial ha potenciado su discurso y lo ha convertido en una de las propuestas más neoliberales de los últimos enfrentamientos electorales.

Falcón ofrece que de llegar a la presidencia dolarizará la economía venezolana incluyendo el salario, favorecerá la privatización de empresas del Estado como CANTV, Movilnet, Corpoelec, entre otras; promoverá una Ley de Hacienda Pública Estadal e implementará una “tarjeta solidaria” para favorecer a los sectores más vulnerables durante lo que ha llamado “proceso de estabilización”. También ofrece dar mayores ventajas al sector privado nacional e internacional para promover la inversión en el país.

Para Stelling, esta oferta de Falcón, por más neoliberal que luzca, brinda a los electores una “alternativa más esperanzadora, que no luce contaminada con cargos públicos… su campaña está generando expectativas económicas concretas adornadas de un discurso esperanzador”. Ese estilo de campaña, con ideas pero sin confrontación irracional, le ha hecho ganar algunos números importantes en los últimos días.

Respaldado por esta leve marea alta, y de cara a la recta final de la campaña, Falcón se reunió con el resto de los candidatos opositores para conformar una fórmula única que él encarnaría. Pero el único que hasta el momento se pronunció fue el ex candidato por cuenta propia, Luis Alejandro Ratti. Los otros candidatos, Reinaldo Quijada y Javier Bertucci, han decidido continuar la contienda por separado.

Es estas últimas semanas Falcón ha recibido el coqueteo de algunos representantes de otras toldas políticas que están fuera de carrera. El ex gobernador de Miranda, también ex-candidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, ha guiñado el ojo a Henri Falcón en algunas de sus declaraciones públicas, tratando de encausar una inesperada ola de votos en favor del candidato. “Estudios de opinión en el país, indican que una gran mayoría de venezolanos quiere y desea votar, saben que sólo así alcanzaremos un cambio que perdure y que logre el respaldo de todos los países del mundo que nos respaldan en la lucha por restablecer la democracia”, escribió Capriles en su cuenta de twitter, contradiciendo la postura abstencionista de su partido Primero Justicia.

La campaña de Falcón, con altos y bajos, se ha levantado como la principal opción del electorado que se opone a la revolución bolivariana. Su vinculación inicial con el chavismo y su llegada a cargos de elección popular con la maquinaria del Comandante Chávez, le hizo ver ante la mirada de propios y extraños como un infiltrado que solo buscaba hacerle el juego electoral a Maduro. Pero el transcurrir de la campaña le ha hecho lucir como un candidato con ideas muy distintas a las que defiende el chavismo, un candidato que como nunca antes se presenta ante los ojos de los venezolanos como el restaurador del capitalismo y el que sumará de nuevo al país a los designios del Fondo Monetario Internacional.

Tal vez aprovechando el peor momento de popularidad de la revolución bolivariana y su propuesta de marchar al socialismo, Henri Falcón se presenta al mejor estilo de los mandatarios neoliberales que hoy gobiernan de espaldas a sus pueblos en varios países de América Latina. El 20 de mayo sabremos si Venezuela elige transitar de nuevo aquellos caminos por los que nos llevó CAP hace casi 30 años.

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Por Randolph Borges / Supuesto Negado