La diputada a la Asamblea Nacional por el partido Voluntad Popular, Gaby Arellano, se desvinculó de sus compañeros de partido Roxana Barrero y Kevin Rojas, señalados de estar presuntamente involucrados en una trama de corrupción y desvío de los fondos destinados a la ayuda humanitaria prometida por Juan Guaidó.
“No tengo nada que ver con Rossana Barrera ni con Kevin Rojas, ellos son parte del equipo del diputado Sergio Vergara, viceprensidente de la Comisión de Defensa, en nada tiene que ver mi equipo que trabajo en Cúcuta, que tenemos trabajando hace años”, indicó.
Según Arellano, fue informada hace varias semanas por parte de Humberto Calderón Berti de las “investigaciones” sobre el caso y dijo que ella nunca tuvo nada que ver con la atención a los militares desertores, ni mucho menos con el concierto celebrado el 22 de febrero en la ciudad fronteriza de Cúcuta para recaudar fondos para “ayuda humanitaria”.
“Nunca tuve ningún tipo de responsabilidad con el tema de los militares (…) había unos designados por Caracas por el presidente Guaidó que tenían esa responsabilidad de recibirlos, de coordinar y de dar la resolución pertinente”, indicó y negó que se haya comprado un penthouse en Bogotá, ciudad en la que vive “alquilada”, con “bastantes limitantes” y austeramente.
Por Maya Monasterios Vitols / Supuesto Negado