Un golpe de Estado no deja de ser la máxima fantasía de un sector de la oposición con sed de violencia, fuego y revancha. En ese sentido, abril es un mes emblemático para Venezuela desde el 2002, cuando la primera andanada reaccionaria se concretó con el golpe que depuso a Chávez por 48 horas. A partir de allí, no han faltado intentos para llegar a la misma meta, algunos la apoyan abiertamente y otros disfrazan sus anhelos con eufemismos y moderadas declaraciones de intenciones.
Y aunque cualquier análisis político “normal” se derrumba en Venezuela, nunca deja de estar en la palestra la posibilidad de que ante la urgente situación en la que se encuentra el país, se “arme un peo” o “se levanten las tropas”. Pero la realidad es que esto no termina de ocurrir. El gobierno ha aprendido su lección y ha logrado desarticular diversas iniciativas golpistas y desestabilizadoras.
Supuesto Negado dedica su edición número 100 a la importancia del mes de abril. Primero con un recuento de los fallidos abriles de la oposición. Una caracterización de cómo el ruido de sables pasó a ser solo ruido en redes sociales. Repasamos las conspiraciones develadas este año y lo que nos contó el periodista Ernesto Villegas en su libro 11 de abril: golpe adentro.